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Efectos adversos de la warfarina


Hemorragias


El único efecto secundario común de la warfarina es la hemorragia (sangrado). El riesgo de hemorragia grave es pequeño pero definitivo (una tasa media anual del 0,9 al 2,7%). El riesgo de sangrado aumenta si el INR (Ratio Internacional Normalizado) está fuera de rango (debido a una sobredosis accidental o deliberada, o a causa de las interacciones), y puede causar hemoptisis (tos con sangre), exceso de hematomas, sangrado de la nariz o las encías, o sangre en la orina o las heces.


El riesgo de sangrado también aumenta cuando se combina la warfarina con fármacos antiplaquetarios como clopidogrel, aspirina u otros anti-inflamatorios no esteroideos. El riesgo también puede aumentar en pacientes de edad avanzada y en aquellos sometidos a hemodiálisis.

Necrosis por warfarina


Una complicación poco frecuente pero grave es la necrosis por warfarina, que se produce con más frecuencia poco después de comenzar el tratamiento en pacientes con deficiencia de proteína C. La proteína C es un anticoagulante natural que, al igual que los factores procoagulantes que inhiben la warfarina, requieren para su actividad de la carboxilación dependiente de vitamina K. Debido a que la warfarina disminuye inicialmente los niveles de proteína C más rápido que los factores de coagulación, se puede provocar una mayor tendencia de la sangre a coagular cuando se inicia el tratamiento, lo que conduce a una trombosis masiva con necrosis de la piel y gangrena de las extremidades. Para combatir este efecto secundario, a muchos pacientes se les administra heparina junto con la warfarina.

La contrapartida natural a este efecto es la púrpura fulminans, que se produce en los niños que son homocigotos para ciertas mutaciones de la proteína C.

Osteoporosis


Después de informes iniciales de que la warfarina podía reducir la densidad mineral ósea, varios estudios han demostrado un vínculo entre el uso de warfarina y la osteoporosis (relacionada con fracturas). En 1999, un estudio en 572 mujeres que tomaban warfarina para la trombosis venosa profunda, se observó que el riesgo de fractura vertebral y fractura de costillas se incrementó, aunque otros tipos de fracturas no se produjeron con más frecuencia. Un estudio de 2002 en una selección al azar de 1523 pacientes con fractura osteoporótica no encontró un aumento de la exposición a anticoagulantes en comparación con los controles, y tampoco la duración de la anticoagulación revelaba una tendencia hacia la fractura.

En 2006, un estudio retrospectivo en 14564 beneficiarios de Medicare mostró que el uso de warfarina durante más de un año estaba vinculado con un 60% de aumento del riesgo de fracturas relacionadas con la osteoporosis en los hombres; sin embargo, no se encontró esta asociación en mujeres. El mecanismo por el que se producía este efecto se asoció o bien a una ingesta reducida de vitamina K (que es necesario para la salud de los huesos), o por la interacción de la warfarina con la carboxilación de ciertas proteínas de los huesos.

Síndrome del dedo del pie azul


Otra complicación poco frecuente que puede producirse al iniciar el tratamiento con warfarina (por lo general, en menos de 3 a 8 semanas) es el síndrome del dedo del pie azul (o embolismo por colesterol). Este trastorno se piensa que se debe a pequeños depósitos de colesterol que se sueltan y fluyen por los vasos sanguíneos hasta llegar a la piel de los pies, lo que provoca un color púrpura azulado y puede ser doloroso. Generalmente se cree que afecta al dedo gordo del pie, pero también puede darse en otras zonas de los pies y, en particular, en la parte inferior (planta). La aparición de este síndrome puede requerir la suspensión del tratamiento con warfarina.